Anita me cuenta que nació Caetano. Superrápido en la bañadera en su casa.
Es lo más lindo que ha pasado en estos días. Lo único que cuenta.
Yo di luz a tres o cuatro (ya perdí la cuenta) granotes en mis mejillas.
Casi que no quiero salir de casa. Trato de entender de dónde y porqué salen. Anita también me dice que no debo estar tan exigente conmigo misma.
Tal vez tiene razón. Después de eso pienso que tal vez es por obligarme a hacer cosas que por ahí al fondo no tengo ganas de hacer.
La última vez me había pasado de esa manera. O eso creo.
Entonces me pongo a hacer una ensalada. Unas milanesas de berenjena.
Hago dormir a la niña y me sirvo vino blanco. Netflix en el celu contra el salero. P L A C E R.
El vino me hace inspirarme y me pongo a hacer cosas con la compu.
Como escribir.
Como ahora.
Siguen sonando los grillos. Como si fuera pleno enero. Me encanta esa música al fondo.
Hoy puse la radio sueca a la mañana. Me encanta su sencillez. Todo es tan fácil en la radio sueca.
Tan inocente.Tan agradable.